El anhelo de Luis

Luis Aguiar reiteró que quiere quedarse en Uruguay y que sólo jugaría en Peñarol si permanece aquí, porque "no soy de los que se cambian de bando". Sin embargo, declaró que está "cansado de escuchar tanta bobada", aseguró que no pidió un platal para volver a los carboneros y explicó que "estoy para jugar el 5 de enero".

Luis Aguiar es uno de los tantos nombres que sonó para Peñarol en este período de pases, y una de los contrataciones más sencillas de concretar si es que en filas carboneras lo quieren. El jugador está en condición de libre hasta el 30 de junio, fecha en que terminará la suspensión parcial de su contrato con Sporting de Lisboa, al que le quedan todavía tres años.
Ni bien llegado a Montevideo, el mercedario expresó su deseo de quedarse en Uruguay y específicamente de volver a Peñarol. Un problema de salud de su padre, sumado al hijo que su señora espera para los primeros días de mayo, hicieron que el buen mediocampista llegara a un acuerdo con su equipo de Portugal para suspender el contrato, dado que además estuvo parado cinco meses por una operación de una lesión que nunca tuvo.
Si bien su retorno a los carboneros parecía inminente, con el paso de los días se fue enfriando la posibilidad. Para colmo, el propio entrenador Gregorio Pérez declaró públicamente que no pidió a Aguiar, así como tampoco a Carlos Diogo, debido a que ambos llegarían con una prolongada inactividad y “nosotros precisamos jugadores con rodaje porque tendremos un calendario apretado, comenzando la pretemporada el 5 de enero y debutando en la Libertadores el 25”.
Un día después de los dichos del técnico aurinegro, el mercedario dijo al programa Último al arco, de Sport 890, estar “cansado de escuchar tanta bobada. Me quiero quedar acá y en el único equipo donde jugaría, si me quieren, es Peñarol. Me está pudriendo la cabeza lo que se dice. El problema no es mio, y mucho menos económico”.
Días atrás trascendió que Aguiar pidió una suma de dinero demasiado elevada, lo cual desmintió el propio futbolista pasándoles la pelota a “los que están en el club. No es un tema económico. Escuché que pedí platales, pero me calienta porque si ya no lo hice una vez, cuando me fueron a buscar y podía haberlo hecho, menos lo haría ahora. Yo estoy acá y quiero jugar en Peñarol, pero tampoco voy a estar rogándole a nadie”.
Respecto a su forma física, indicó que “estoy pronto para jugar el 5 de enero”, día en que los carboneros iniciarán su pretemporada en Los Aromos. “Eso de que no puedo jugar son inventos y debe ser un jueguito por temas de negocios. Yo puedo jugar 2, 3, 5 o 20 de enero. Son estupideces que se están diciendo”, disparó, recordando que hace un año “vine hecho pedazos físicamente” y aun así pudo jugar el Clausura y la Copa Libertadores.
El jugador reconoció que “llevo cinco meses sin hacer fútbol”, pero explicó que “mañana termio la cuarta semana entrenando con el profe Andrés Barrios en Maldonado. Llevo 40 entrenamientos y son duros, los que trabajaron con él saben que se entrena muy bien. Me quedo con él hasta el 31 de diciembre como mínimo, y si no soluciono nada seguiré con él hasta el 10 de enero”, fecha que se pone como límite para resolver qué hace.
Si el ofrecimiento mirasol no llega, sabe que se irá al exterior, ya que “acá sólo juego en Peñarol. No soy de esos que se calientan y se cambian de bando. Sólo lo haría en caso de urgencia, si no tuviera trabajo y no pudiera darle de comer a mi hijo. Sólo en ese caso me importaría si me entiende la gente. Pero en condiciones normales, cuando dije que soy de Peñarol es porque soy de Peñarol y sólo juego en Peñarol”.
“Tengo varias ofertas del exterior, e incluso cuando le comenté a mi empresario que quería quedarme no estuvo muy de acuerdo pero me apoyó. Entendería que me haría bien quedarme seis meses y volver a salir como la otra vez. Preocupado por un contrato no estoy, así que no va a venir a jugar ningún equipo conmigo porque me quedan tres años de contrato en Portugal. Me quiero quedar acá, pero por suerte tengo posibilidades cerca y lejos también”, concluyó Aguiar.