Claroscuros aurinegros

Poca, poquísima gente había en el Estadio Centenario para ver a Peñarol. Es un torneo de verano y por un tercer puesto. Eso se entiende.

No obstante, de seguir por esta misma senda, por la de los claroscuros, por los de falta de protagonismo, el hincha seguirá sin acompañar.

Porque Peñarol esta vez defeccionó. Fueron varios los futbolistas que no dieron en la tecla con su juego y eso se sintió.

Un golazo desde fuera del área de Jorge González le dio el transitorio 1-0 a Libertad y la tranquilidad de manejar los tiempos.

Peñarol tuvo más la pelota durante el primer tiempo, pero tal como le aconteciera el pasado jueves ante Nacional, no supo administrarla bien, ni tampoco contó con llegada.

El equipo carece de sorpresa y una vez más, se notó la falta exasperante de fútbol que mostró Bruno Montelongo, quien fue operado dos veces de ligamento cruzados y estuvo seis meses en Peñarol sin poder jugar. Debutó la semana pasada en la final de la Copa Bimbo contra Palestino de Chile, pero no rindió prácticamente nada. Es obvio que le falta mucho y que Gregorio Pérez lo colocó para que de a poco vaya tomando un poco de competencia.

Sin embargo, a Rodrigo Mora también le falta mucho fútbol competitivo –estuvo casi un año parado– pero lo que mostró en la primera parte fue bastante interesante con un par de llegadas de peligro.

Facundo Guichón no colaboró con los piques que había mostrado contra Palestino y fue bien conjurado por la defensa paraguaya.

A su vez, João Pedro volvió a defeccionar con la pelota en los pies, por  lo que todo se hacía muy cuesta arriba a este equipo de alternativa que colocó el entrenador carbonero.

Pero cuando en el segundo tiempo seguía el apagón futbolístico, una buena habilitación de Santiago Silva para Rodrigo Mora le dio el empate a los aurinegros de cabeza, algo no muy usual en el delantero.

Pero un grave error de la zaga de Peñarol tras un tiro libre le dio la posibilidad a Pablo Velázquez de anotar el 2-1.

La variante que utilizó Gregorio con Darío Rodríguez como zaguero central y Walter López como lateral izquierdo, no dio el resultado esperado, ya que ninguno de los dos rindió. El que sí mostró personalidad fue el juvenil debutante, Joaquín Aguirre.

El ingreso de Maximiliano Pérez dotó de un poco más de dinámica al equipo y un tiro suyo fue notablemente atajado por Medina que la envió al córner. De esa jugada llegó el 2-2 de cabeza a través de Darío Rodríguez.

También con las ganas de Zambrana y la entrada del juvenil Juan San Martín, se vio una cara diferente, al menos en los minutos finales en los que se estuvo a punto de conseguir la victoria.

Pero también se pudo haber perdido en la última jugada.

Peñarol ya pone proa al partido trascendente ante Caracas del próximo jueves. Ahí tendrá que cambiar la pisada, de lo contrario, se va a complicar mucho.