Las luces del Etihad Stadium se apagaron, como de costumbre, para que suena por altoparlantes la canción del Manchester City, y a coro, su público reciba al equipo y también al rival. La ida de las semifinales de la Curling Cup enfrentaba a un histórico, el Liverpool, y a la sensación de los días que corren en Inglaterra. El líder de la Premier League, ya afuera de la FA Cup, se encontraba con un Liverpool peligroso, que no hace pie en la liga y daría un muy buen golpe si eliminase al conjunto dirigido por Mancini.
Aunque el uruguayo Luis Suárez no iba a ser de la partida, ya que aún está cumpliendo la suspensión aplicada por supuesto racismo demostrado en el entredicho con Patrice Evra. Por su parte, El City no iba a contar con Silva ni Toure Yaya – quien partió a jugar la Copa África-. Nasri lo iba a mirar desde el banco y Dzeko también. La apuesta de Mancini era un mediocampo duro, que Milner pueda enlazar con Balotelli y Agüero.
Pitazo inicial y las ilusiones a rodar. Liverpool se hacía amo y señor de la mitad de la cancha. Precionaba a Milner, a Jhonson, aquellos que puedan generar juego. Gerrardmarcaba el pulso del partido, distribuyendo el balón para que los rojos metan contra el su arco al local.
Carrol le ganó la posición a Savic, cuando iban a penas 4 minutos de juego, y trató de fulminar a Hart, que desvió ese remate con sus piernas. Los ciudadanos no reaccionaban y los reds se venían cada vez más. Hart tuvo otras dos intervenciones maravillosas, para evitar una caída de su arco que parecía acercarse.
Y en un tiro de esquina, Savic levantó la pierna más de la cuenta y golpeó a Agger.Penal para el Liverpool y silencio en Etihad Stadium. Gerrard la estampó abajo, e hizo estéril la estirada de Hart, a los 12 minutos. Justicia en el partido.
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