Peñarol hizo lo que tenía que hacer: destrozó a Cerrito (5-0) y ahora dormirá como líder del Apertura, a la espera de lo que pase mañana con los partidos de Nacional y Danubio.
El aurinegro sabe que no la tiene para nada sencilla, pero al menos hizo los deberes. Lo demás ya no depende de él.
Peñarol cumplió a pesar de jugar un discreto primer tiempo. Dominó pelota y terreno, pero fue inofensivo. Lo de Cerrito fue apenas apostar a la contra y la velocidad de sus atacantes.
Pedro, con remate libre al travesaño, tuvo la mejor y única gran opción mirasol a los 36´.
Cuando se moría una floja primera mitad, Sebastián Cristóforo-que fue buena figura- le metió una pelota preciosa a Marcelo Zalayeta quien, dentro del área, dominó de derecha y castigó de zurda para vencer a Gonzalo Salgueiro.
Consciente de que tenía que rematar el partido para no tener que pasar zozobras innecesarias, Peñarol salió más decidido en el complemento.
Primero Pedro y, por dos veces, Silva tuvieron el segundo, pero entre la impericia y Salgueiro lo impidieron.
De todas formas, se veía que era cuestión de tiempo.
El mirasol empezó a definir el partido a los 58´ cuando Pedro le puso la pelota en la cabeza a Silva, quien marcó y se sacó la mufa. Demostrando que se había amigado con el gol de manera definitiva, el exDanubio hizo el tercero tocando por arriba de Salgueiro y aprovechando una exquisita habilitación de Zalayeta.
El que no quiso perderse el festival fue Emilio Mac Eachen: el zaguero ingresó promediando el complemento y de entrada nomás aprovechó una combinación entre Zalayeta y Pedro y, tras pase del brasileño, definió cono el mejor 9. Primer gol oficial del zaguero con la amarilla y negra.
El partido ya estaba cerrado. Amén de una tibia respuesta auriverde, lo único que quedó fue tiempo para el quinto, el de Pedro, de penal.
Peñarol ganó, goleó y le traspasó la responsabilidad de la victoria a Nacional y Danubio. Todavía sueña.
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